Resumen

Estamos observando en nuestros pacientes, que el aumento de la miopía no se detiene después del desarrollo fisiológico que se produce en la pubertad, que podemos hacer al respecto?

Una paciente de 25 años acudió esta semana a una revisión a nuestro centro óptico de Valencia, quejándose de no ver bien de lejos, es miope de -1.75dp y usuaria de lentillas y gafa. Hacia un año de la última revisión y comprobamos que ha miopía había aumentado 0.50dp.  Esta progresión de la miopía, teniendo en cuenta la edad de la paciente, está fuera de lo que la norma indica.

Esto nos hace plantearnos, si sería indicado, proponer tratamientos de control de miopía, más allá de los 21 años, que es la edad estandarizada para considerar el desarrollo fisiológico completo de las estructuras del ojo.

Durante las últimas décadas, el uso de dispositivos digitales y el tiempo que pasan en interiores han aumentado tanto para los niños como para los adultos. Se sabe que nuestro entorno visual juega un papel importante en la progresión de la miopía, y estamos empezando a aprender que los adultos también corren el riesgo de progresión de la miopía con la falta de tiempo al aire libre. Ya no podemos decir con seguridad que el crecimiento de los ojos de un niño se detendrá entre los últimos años de la adolescencia y los primeros años de la edad adulta. Alrededor del 30 % de los adultos jóvenes progresó más de -0.75D en el transcurso de dos años durante la pandemia de COVID-19. Durante este tiempo, también aumentó el uso de dispositivos digitales, la educación en online y el tiempo que se pasa en interiores. 

En el estudio de *Bullimore et al. se observó a más de 800 pacientes que usaban lentillas en una evaluación retrospectiva de su error de refracción durante cinco años; El 48 % de los pacientes de 20 a 25 años y el 35 % del grupo de 25 a 30 años progresaron al menos -0,75 D durante los cinco años. Estos números continúan disminuyendo a medida que los pacientes envejecen, pero, aun así, el 25 % de los pacientes de 35 a 40 años mostraron la misma progresión. 

*Bullimore, Mark A. y Noel A. Brennan. “Control de la miopía: por qué importa cada dioptría”. Optometría y ciencia de la visión, vol. 96, núm. 6, junio de 2019, págs. 463–65. DOI.org (Crossref), https://doi.org/10.1097/OPX.0000000000001367 .

Ha día de hoy no hay la suficiente evidencia científica para poder realizar tratamientos de miopía en adultos, con el mismo respaldo que se pueden aplicar en los pacientes jóvenes, pero en nuestros centros vamos a adoptar enfoques similares a los que aplicamos en los más jóvenes, para intentar frenar esa progresión.

Hay que pensar que cada aumento de la miopía significa un mayor riesgo de glaucoma, degeneración macular y desprendimiento de retina, por lo que es nuestra obligación el intentar que este aumento sea siempre el menor posible.

Una correcta salud visual, para prevenir el aumento de la miopía, conlleva el realizar revisión visuales periódicas, tener una excelente ergonomía visual, realizar actividades al aire libre para tener una adecuada exposición a la luz del sol.

Hay que pensar que nuestro ritmo circadiano, espera una exposición adecuada a la luz solar durante el día y la ausencia de luz en la noche, pero el estilo de vida actual habitualmente es contrario a esto.